viernes, 18 de mayo de 2007

La guerra se distinguió en su vertiente militar por transcurrir sin la formación de las tradicionales líneas de frente, salvo las que se establecían alrededor de los perímetros de las bases o campos militares, de manera que las operaciones se sucedieron en zonas no delimitadas, proliferando las misiones de guerra de guerrillas o de "búsqueda y destrucción", junto con acciones de sabotaje en las retaguardias de las áreas urbanas, el uso de la fuerza aérea para bombardeos masivos y el empleo extensivo de agentes y armas químicas, constituyendo estas últimas operaciones, flagrantes violaciones a diversas convenciones internacionales de guerra que prohiben la utilización de armas químicas y biológicas.
La cobertura del conflicto realizada por los medios de comunicación permitieron la denuncia de los frecuentes abusos de los derechos humanos
y la brutalidad sobre la población civil por parte de los contendientes, alimentando la creciente oposición de la opinión pública internacional hacia la intervención norteamericana, en particular.
Ante la contestación y división de la sociedad norteamericana, los acuerdos de paz de París en 1973
supusieron la retirada de las tropas estadounidenses y el cese de su intervención directa, pero no lograron poner fin al conflicto que prosiguió hasta que en 1975 tras la toma de Saigón, se forzó la rendición incondicional de las tropas sudvietnamitas y la unificación del país, bajo el control del gobierno comunista de Vietnam del Norte, con el nombre de la República Socialista de Vietnam el 2 de julio de 1976.

Los primeros enfrentamientos

Aunque en ocasiones quizá dependieran demasiado de los helicópteros, resultó un arma formidable, como quedó perfectamente demostrado en el valle de Ia Drang donde estas máquinas realizaron una fundamental misión para transportar a los hombres al centro de la batalla, aprovisionarlos y extraer a los heridos. Más aún lo fue en la Operación Starlight que fue la primera prueba de fuego para los marines. A principios de 1965 los estadounidenses pusieron en marcha la Starlight y lograron sorprender primero y arrinconar después al Vietcong en la península de Noh Nang. Una vez allí pudieron destruir a los guerrilleros con todo el armamento a su alcance: armas portátiles, artillería, aviación y artillería naval de los cruceros fondeados en el golfo de Tonkín. La victoria estadounidense resultó contundente.
El éxito de la Operación Starlight y en Ia Drang, unido a lo aprendido en Corea en evacuaciones sanitarias (también sobre las mismas selvas de Vietnam cuando sólo eran asesores) fueron la prueba de fuego para este nuevo medio de transporte y también de guerra, en palabras del propio general William Westmoreland. No sólo para salvar heridos, sino para llevar todo lo necesario a cualquier sitio por difícil que fuera e incluso atacar a tierra con ametralladoras y poco después con cohetes.
Ya en agosto de 1962 el informe Howse calificó de "necesario y deseable la adopción del concepto de movilidad aérea en el Ejército" y las reticencias que el Pentágono pudo tener a los aparatos de ala variable quedaron disueltas por completo. Se redactaron planes para formar nuevas unidades que formarían la Caballería Aérea, transportada, apoyada y abastecida por helicóptero. Hombres de la 2º División de Infantería fueron transferidos a la nueva división y el 1 de julio de 1965 nació la 1º División de Caballería Aérea.

martes, 15 de mayo de 2007

Las primeras lecciones


La gran capacidad del Vietcong y del general Giap para adaptarse y aprender de sus errores les hizo rectificar su modo de lucha, abandonando la idea de medirse con los estadounidenses como un ejército y pasar a una contienda prolongada y sangrienta, en forma de guerra de guerrillas. Los vietnamitas siguieron las siguientes pautas:
1. Rehusar el combate en campo abierto o en terreno fácilmente abarcable.
2. Luchar siempre lo más cerca posible de su enemigo para evitar el fuego de su artillería.
3. No permanecer demasiado tiempo en la misma posición y abandonarla en cuanto sus adversarios ofrecieran excesiva resistencia. Incluso llegaban a lanzar tres granadas de mortero y marcharse antes de ver donde caían.
4. Continuar la construcción de túneles tanto en las llanuras como en colinas para ofrecer un refugio relativamente seguro al Viet Cong y al EVN para descansar, recibir algunos cuidados médicos y «evaporarse» delante del enemigo.
5. Compartir todos las mismas condiciones de vida y hacerlos sentirse partes de una lucha común. Así los oficiales solían vivir en los mismos agujeros que sus soldados, los miembros del politburó de Hanoi solían adentrarse en la Ruta Ho Chi Minh para animar a los zapadores y a las Brigadas de Choque de las Juventudes especiales.
Victorias como las anteriores animaron a los estadounidenses a seguir las mismas tácticas. Éstas serían:
1. Uso del helicóptero para disponer de movilidad necesaria en un país montañoso y selvático y también como plataforma de ataque. Así surgió el primer helicóptero artillado, el AH-1H más conocido como Cobra y el UH1-H o Huey (sólo con verlo la mayoría de las personas lo asocian a Vietnam, ambos aún en servicio a principios del siglo XXI.
2. Gran despliegue de artillería, incluso helitransportada si fuera preciso.
3. Buscar al enemigo en campo abierto y obligarlo a practicar una lucha «convencional».
4. Empleo de infantería y caballería ligera, preparadas para andar sobre terreno poco apto. Así, los vehículos pesados como el tanque Sheridan fueron fácil blanco para las armas anticarro portátiles.
De esta forma pronto estuvieron disponibles batallones de caballería aérea y gran cantidad de helicópteros. Pero el Viet Cong tomó buena nota de estas tácticas para no repetir el error dos veces.

El Vietcong

El Gobierno Provisional de la República de Vietnam del Sur aprendió pronto lo mortífero de la potencia de fuego estadounidense y decidió emplear la guerra de la pulga con pequeños golpes pero de gran contundencia. En teoría se trataba de aplastar a una unidad por la superioridad numérica (diez a uno, aunque no siempre era posible esa proporción) y retirarse antes de la reacción del enemigo.
Su contacto y cercanía con la población local les permitía tener acceso a alimento e información. Antes de seleccionar un objetivo los comandantes de regimiento enviaban un explorador que tomara contacto con la población local y prepararan la entrada, el ataque y la retirada. Si las tres acciones se consideraban posibles se realizaba el ataque. Estos muchas veces consistían en oleadas humanas, pero si se tenía cuidado en no desperdiciar vidas humanas y limpiar el terreno de cadáveres para poder honrarlos con una ceremonia cuando la operación terminara.
La cadena de mando de los vietcong funcionaba como la de cualquier ejército o incluso mejor. Tanto es así que sorprendieron a los estadounidenses organizando ataques a nivel de división. Una unidad atacaba a otra inferior en número y cuando se solicitaban refuerzos para repeler la agresión, las fuerzas enviadas eran atacadas por una unidad aún mayor que la primera. Así se conseguía aumentar la impaciencia en auxiliados y auxiliadores contribuyendo a la victoria y al derrumbe de la moral, esta fue una de las causas por la que fracasó la Operación Attleboro en 1966. Si los refuerzos eran demasiado grandes el Vietcong siempre podía desaparecer en la selva, excepto quizá una unidad: los pijamas negros. Esta unidad estaba formada por los hombres más motivados, vestían la clásicas prenda de los campesinos y portando un fusil o subfusil, un candado y una cadena para atarse a un árbol con el fin de luchar sin retirada ni rendición, para herir con fuerza a los enemigos o permitir la retirada de sus compañeros.
Los guerrilleros no eran comunistas en su mayoría, ni siquiera eran hombres en su totalidad. Cuando alguna unidad estaba escasa de efectivos reclutaban mujeres que combatían con la misma fiereza que sus compañeros masculinos. Esta fiereza, determinación y renuncias sorprendió mucho a los estadounidenses, a menudo llegados al sureste asiático por un reemplazo.

Las acciones estadounidenses

1. Operación Rolling Thunder: que comenzó a principios de marzo de 1965 para atacar objetivos en Vietnam del Norte y reducir o eliminar la incursiones de sus unidades en el Sur. Como se demostró después fue uno de los primeros fracasos tanto en los objetivos alcanzados (se pensaba reducir la industria norvietnamita en pocos días) como en las muertes de civiles causadas. Además de constituir un constante quebradero de cabeza para las familias de los pilotos desaparecidos en combate (en inglés MIA).
2. Cortar la llegada de suministros desde el Norte. Para ello se intensificaron las acciones de los Boinas Verdes en las Tierras Altas Centrales formando a una milicia de montagnes y consiguiendo muchos éxitos en la Ruta Ho Chi Minh (algunos autores opinan que fue la más eficiente acción de Estados Unidos). Al mismo tiempo la flota estadounidense bloqueó casi todos los envíos por mar.
3. Atacar al enemigo en su propio terreno. Se intensificaron las operaciones de búsqueda y destrucción, se patrulló con lanchas el Delta del Mekong, se formaron y enviaron los SEAL para realizar acciones de contrainsugencia entre las acciones más destacadas.
4. Desarrollar la campaña Corazones y Mentes, que tanto éxito les reportó a los ingleses en Malasia, para atraerse a la población con la reconstrucción de poblados, sanidad o entrega de maquinaria agrícola.

Estados Unidos y sus aliados lanzaron una misión tras otra y libraron una batalla tras otra, de las que se puede destacar (algunas ya comentadas):
· Operación "Starlight para arrinconar al Vietcong.
· Batalla del valle de Ia Drang para localizar y destruir a los regimientos del EVN que hostigaban a su fuerzas en la zona montañosa.
· Operación "Rolling Thunder" para destruir la industria militar nortvietnamita y otros objetivos supuestamente militares.
· Operación “Market Time” para cortar los suministros llegados por mar.
· Operación “Prairia” donde se libraron durísimos combates en el llamado Cerro de los murmullos con el fin de detener la infiltración por la Zona desmilitarizada.
· El empleo del Agente Naranja para eliminar la cubierta vegetal que protegía las guaridas y las posiciones desde las que los guerrilleros atacaban a las tropas regulares.
Con esta campaña de misiones y ataques el avance comunista se detuvo casi en seco. Sin embargo el alto mando estadounidense veía varios problemas; el propio Westmoreland reconoció en 1965 que el número de bajas norteamericanas resultó desproporcionadamente alto, en 1966 el número de victorias se redujo (los vietnamitas estaban empezando a llevar la iniciativa) a lo que lo Westmoreland respondió solicitando, y obteniendo, más soldados y seguir empleando la artillería, la aviación, el alto explosivo y demás medios devastadores a su alcance. De esta forma las operaciones siguieron sucediéndose una tras otra:
· Operación “Cedar Falls” que permitiera destruir las infraestructuras del Vietcong, infligirle fuertes pérdidas y abrir el camino hacia la victoria.
· Operación "Junction City" para localizar y destruir el supuesto cuartel general del Vietcong en una batalla convencional.
· Levantar la Línea McNamara para detectar y neutralizar cualquier intento de penetrar por la Zona demilitarizada.
· Traslado de los B-52 a Tailandia para poder realizar las misiones sin necesidad de reaprovisionamiento en vuelo.
· Aumento de las salidas de los B-52 hasta una media de 800 al mes.
· Desarrollar la Fuerza Fluvial Móvil para patrullar el delta del Mekong con el fin de patrullar, localizar y limpiar los santuarios del Vietcong y cualquier cargamento de armas o suministros que se intentara infiltrar por este inmenso río.

Las acciones vietnamitas

Por su parte vietnamita el EVN y sobre todo el Viet Cong tenían muy claro que su táctica de atacar y causar todo el daño posible volvería a ser la correcta. Nuevamente se hacía cierta la metáfora:
Será una pelea entre un elefante y un tigre. Si el tigre se queda quieta el elefante lo aplastará sin remedio; pero el tigre nunca se quedará quieto. Saltará sobre el lomo del elefante arrancándolo grandes trozos de carne para esconderse después en la jungla. Así el elefante morirá desangrado.
Este frase encierra la esencia cruel y a veces atroz de aquella guerra, como suelen ser todas las guerras de guerrillas, un miembro del Viet Cong lo explicó claramente:
Nuestros camaradas no sentían pena. Sabían que tenían que matar tantos norteamericanos como fuera posible. Se nos había dicho que masacráramos tantos soldados imperialista como pudiésemos ya que, si ascendía el número de norteamericanos muertos, el pueblo estadounidense – al que no gustaba esta guerra- derrocaría a su gobierno.
Así mismo la frase anterior contiene otras de las bazas que supo jugar extraordinariamente el pueblo vietnamita: la utilización del terreno en su propio beneficio. En la jungla podían ocultarse sin ser vistos ni tan siquiera por visores luz de estrella o de infrarrojos, podía crear refugios más o menos seguros y podían esconderse tras una emboscada o para huir de una acción de búsqueda y destrucción. Los vietnamitas sabían utilizar la hostil selva en su beneficio, algo que los estadounidenses no llegaron a comprender del todo, como demuestra el deseo de terminar con la vegetación con desfoliantes o convertir en terreno en un cenagal baldío a base de bombas.

La guerra se extiende

Los dos neutrales vecinos de Vietnam del Sur, Laos y Camboya, estaban siendo incapaces de contener la agresión de sus guerrilleros comunistas y tampoco lograban cortar la Ruta Ho Chi Minh que había sido muy importante en la preparación de las principales ofensivas.
Si Estados Unidos pretendía que su aliado pudiera sobrevivir a una guerra con el Norte debía cortar esas vías de infiltración y, de paso, terminar con el Cuartel del Ejército Nortvietnamita, viejo espejismo que pensaban encontrarían en Camboya y finalme
nte podrían librar y ganar una batalla convencional.
A principios de 1969 el recién elegido Richard Nixon comenzó una campaña de bombardeos secretos sobre Laos y Camboya. Los pilotos debían despegar, ir a una posición determinada y esperar órdenes. Una vez en la posición los controladores les daban las coordenadas que debían atacar. A la vuelta los mismos controladores deberían destruir todo documento sobre estas incursiones en territorio neutral. Pese a todas las precauciones en menos de un mes el New York Times ya publicaba noticias sobre estos documentos (filtradas por miembros de la Fuerza Aérea disconformes con estas operaciones). Según la edición de 1986 del Libro Guiness de los Records Laos fue el país más bombardeado del planeta con varios megatones de bombas convencionales.
Estos bombardeos perseguían un objetivo táctico, cortar la Ruta Ho Chi Minh, y otro más estratégico, demostrar a Vietnam del Norte que la nueva presidencia estaba dispuesta a todo con tal de terminar con aquella guerra, incluso la opción nuclear. Pero los vietnamitas del norte no se amedrentaron por eso y continuaron con su flujo hacia el sur.

La invasión de Camboya

El 14 de abril de 1970 el ARVN realizó una primera incursión y el 29 de abril el teniente general Do Cao Tri lanzó a sus 12.000 hombres sobre el Pico de Loro (véase el mapa). Pero fue el 1 de mayo de 1970 cuando el general Robert Shoemaker envió la orden de avanzar sobre el Pico de Loro y el Anzuelo a los oficiales destacados a la frontera con Camboya. Aunque algunos la tomaron con resignación en su mayoría estaban contentos de poder golpear el santuario del Vietcong y, especialmente los vietnamitas, de vengar todos los muertos que los camboyanos habían enviado flotando por el río Mecong.
La incursión estuvo precedida de grandes bombardeos que causaron muchos muertos entre los campesinos lo que, a la larga, fue terrible para el gobierno pro-occidental de Camboya; pues la guerrillas comunista consiguió legitimidad y más voluntarios para su victoria. Nixon era consciente de las repercusiones que traerían aquellas acciones; pero, como él mismo había declarado, prefería perder la reelección a ser el primer presidente en perder una guerra.
La incursión en El Anzuelo encontró alguna resistencia de grupos esporádicos que, como era la costumbre, desaparecían en la selva tras un breve tiroteo. Aunque la resistencia fue incrementándose algo por parte del EVN ni siquiera en el pueblo de Snuol la oposición hizo amago de resistir la potencia de fuego desplegada por los M40 Patton. Pronto los emplazamientos de artillería del EVN fueron capturados y se enviaron 100 carros de exploración Sheridan que si encontraron resistencia. Utilizando toda la potencia de fuego vencieron la resistencia, arrasaron el poblado y, mientras interrogaban a los campesino, saquearon todo lo que pudieron.
Los camboyanos informaron que había toda una ciudad guerrillera en la jungla. Poco después un helicóptero Lonch
avistaba una casa bien camuflada y comenzó el bombardeo de artillería y aviación.
Cuando los infantes pudieron entrar en lo que ellos mismos llamarían La Ciudad encontraron 400 cabañas de paja y 180 escondites albergando suministros médicos, alimentos, ropa; además de 480 fusiles y 120.000 cartuchos.
Entre las dos incursiones se halló 4.793 armas individuales, 730 morteros, 7 285 cohetes, 124 camiones, tres millones de cartuchos de fusil y nueve millones de kilogramos de arroz; además de abundante documentación. La Caballería Aerotransportada realizó 6.436 salidas para llevar a Vietnam del Sur las 25.000 toneladas capturadas.
El 30 de junio todos los soldados volvieron a sus bases.

El poder de la tecnología contra el poder de la tecnología

Aunque Vietnam del Norte perdió todos sus aviones en los últimos bombardeos, el MG-21 demostró ser un duro adversario para la superioridad aérea estadounidense.
Sobre la guerra de Vietnam, como sobre cualquier conflicto librado entre un país grande y otro pequeño, existen varias tópicos que no son del todo ciertos por más repetidos que sean. Uno de esos tópicos es la afirmación de que los vietnamitas luchaban con armas rudimentarias contra la más avanzada tecnología. Ciertamente varios informes de inteligencia mostraban que el Vietcong obtenía la mayor parte de su material de ejécito del Sur y de las minas y otros artefactos sin estallar lanzados por Estados Unidos.
Se tiene constancia de que el Vietcong y el EVN preparaban trampas casi artesanales como las estacas punji cubiertas de excrementos para acelerar la gangrena al soldado que la pisaba. Por su parte Estados Unidos empleaba las bombas lazy dogs cargadas con miles de cuchillas para generar una muerte más lenta a las víctimas que encontraran a su paso.
Aunque si es verdad que Estados Unidos utilizó en Vietnam los más sofisticados productos electrónicos de que disponía (detectores de movimiento, bombas inteligentes guiadas por láser
, helicópteros artillados...) no es menos cierto que los vietnamitas del norte, y algo menos los miembros del Vietcong, disponían de lo mejor que el arsenal soviético había producido, especialmente en la segunda y tercera parte de la contienda.
Durante las incursiones aéreas sobre Vietnam del Norte de los años sesenta y setenta Hanoi lanzó sus MIG-17
. Los occidentales al principio pensaban que el MIG 17 era una simple mejora de aparato anterior utilizado en la Guerra de Corea, en la década anterior. Sin embargo los pilotos vietnamitas terminaron de demostrar que disponían de un aparato totalmente diferente, mucho más manejable y más certero. Aún más sofisticados era los mundialmente famosos reactores MIG-21, un aparato concebido en 18 meses y desarrollado a finales de los 50 que realizó numerosos derribos de todo tipo de aviones estadounidenses (incluidos los F-4 Phantom lanzados en su contra). Aún mejor era el MIG-23 que entró en servicio cuando el conflicto ya terminaba.